sábado, 11 de junio de 2011

arpegios

desde los dedos de mis pies, hasta tu espalda 
riego con mi sangre de virgen angelada tus laberintos de besos postergados.
no te conocía, y ayer te presentía recorriendo mis cielos,
hurgueteando mis heridas y espolvoreando mis menúes de comidas a la carta,

bebí el vino de tu espacio pintado de rojo,
tu línea que atravesaba el campo de lavandas en una tarde de abrazos,
tu letra de otoño en las curvas de mi pelo
que se escurrían en el hueco de tu guitarra

y el adiós
desatados uno a uno los nudos de mis recuerdos y los tuyos
y una rosa de frío y noche que navega en el agua de tu ciudad
como mis pasos
como tu sombra 

no olvido
no olvides
sería como morir apresuradamente
en la tierra mancillada de quizás-es

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